-Una amplia mayoría, cercana al 70% según lo recogido en las urnas, ha querido que usted sea nuevo coordinador provincial de Izquierda Unida.
-Izquierda Unida está integrado por diferentes fuerzas políticas y corrientes de opinión y la verdad es que no he hecho ninguna campaña interna. Me presenté de buena voluntad, con un equipo de otras doce personas, y en base al programa sobre el que vamos a trabajar la militancia nos ha votado mayoritariamente.
-¿Con qué objetivos se ha presentado al cargo?
-Los objetivos son complicados porque la situación actual de Izquierda Unida es complicada, no hay que negar la evidencia. Pero el principal es visibilizar el trabajo que hace Izquierda Unida. Desde hace muchísimos años viene realizando una labor muy importante en la provincia de Salamanca pero no se está visibilizando lo suficiente. De hecho, hay formaciones con muchísimo menos recorrido pero que tienen una proyección mediática mayor y eso es un tema que tenemos que trabajar a nivel externo. A nivel interno, queremos unificar la organización. Venimos de un proceso en el que ha habido una serie de dimisiones, que no es que hayan dañado la estructura de la organización, pero que evidentemente todo debilita. Como estamos para sumar, mi figura quiere unificar esta organización y acabar con algunas fisuras. Por último, el objetivo básico es convertirnos en la correa de distribución que necesitan los ciudadanos para llegar a las instituciones. Tenemos 36 concejales en esta provincia, un procurador en Cortes y lo que queremos es estar constantemente al servicio de los ciudadanos y que nos vean como la herramienta más útil para llevar su programa a las instituciones.
-Afirma que la situación de Izquierda Unida es complicada, ¿hasta qué punto?
-Hay muchas comparaciones en cuanto a términos políticos que nos sitúan a la par que UPyD. Pero hay diferencias relevantes, pues la militancia de Izquierda Unida es una militancia muy comprometida y con muchísimos años. Ese trabajo es muy difícil que se desmiembre por un proceso complicado. No hay que olvidar que en las urnas hemos sacado un millón de votos, y que hagamos frente a una Ley Electoral injusta no quiere decir que sea moco de pavo porque un millón de votos son muchos votos. La militancia de IU goza de una salud espectacular. En la provincia tenemos asambleas en prácticamente todas las comarcas y con un trabajo diario. Que todo el mundo esté tranquilo porque, en absoluto, peligra la continuidad de Izquierda Unida.
-¿Qué considera que debería cambiar en la Ley Electoral?
-Debería reflejar exactamente lo que pide la ciudadanía. Lo que no puede ser es que a Izquierda Unida nos cueste un diputado cuatro o cinco veces más que al Partido Popular. Evidentemente esa ley tiene que cambiar. Pero eso no es unas funciones que tengamos a nivel provincial, pues para esa cuestión hay equipos a nivel nacional que se encargan mucho más correctamente que nosotros de eso.
-¿El voto tan repartido y disgregado de la izquierda ha sido una de las causas por las que Izquierda Unida atraviesa esa situación complicada que anuncia?
-Me gusta mojarme y meter los pies en el charco. Podemos es una formación que tiene una proyección mediática espectacular porque ha interesado mediáticamente que la tenga, pero existe una diferencia absolutamente básica con IU. Podemos lo que ha hecho es absorber el programa de Izquierda Unida, vaciarlo de contenido y ofrecérselo a la ciudadanía como si fuera una cosa fácil y cómoda de hacer. Sin embargo, los programas de Izquierda Unida son programas concienciados en los cuales la ciudadanía tiene que ser partícipe de ellos. Nosotros ofrecemos alternativas que suponen esfuerzos y trabajo en un proyecto previo y posterior. Podemos da por sentado situaciones que difícilmente podrán llegar a realizar si finalmente gobiernan.
-¿Ha tenido algo que ver el Partido Comunista, de quienes dicen que les están devorando desde dentro?
-A nivel provincial, el Partido Comunista es una corriente de opinión más como hay otras muchas. El otro día leía una artículo que decía que el Partido Comunista y los pro-Ganemos me habían aupado a ser el coordinador provincial. Y es curioso porque no soy comunista y no habré coincidido más de dos veces con Virginia Carrera. No obstante, el Partido Comunista tiene un peso específico dentro de la formación por la historia que tiene y por el número de militantes que tiene. El actual consejo político provincial, que encabezo yo, va a garantizar que todos los colectivos de esta organización estén representados en porcentaje. Así lo decidieron los militantes y así lo vamos a hacer.
-Aseguran que son una formación conciliadora. No obstante, ¿por qué no se ha llegado a un acuerdo con Podemos para concurrir a las elecciones?
-Desconozco cuáles pueden ser los motivos más allá de los que se han ido dando por la prensa. Aquí en Salamanca, con motivo de las elecciones generales, tuvimos una reunión pública con Podemos y fue ésta la que no quiso llegar a un acuerdo con IU porque a ellos no les interesaba enfrentarse a unas elecciones primarias con nosotros y establecer quién podría ser el cabeza de lista. Entonces, en base a esto, nosotros teníamos poco que decir. Nuestra formación en Salamanca está abierta a cualquier persona que quiera alcanzar con nosotros acuerdos programáticos puntuales, pero a día de hoy Podemos e Izquierda Unida dista mucho de poder llegar a un acuerdo en esta provincia.
-¿Se considera políticamente incorrecto? Usted fue uno de los protagonistas en Twitter al hacerse eco de una ‘broma’ tras el fallecimiento de Emilio Botín.
-Creo que estamos un tiempo en el que nos encanta criminalizar absolutamente todo lo que se vaya del control policial. Estamos en una sociedad absolutamente controladora. La libertad de expresión tiene unos márgenes que, hoy por hoy, no se quieren respetar. En cuanto al mensaje en cuestión, que se lanzó sobre Emilio Botín sobre la cuenta de Izquierda Unida-Béjar, y que yo apoyé desde mi cuenta personal, me reitero absolutamente en lo sucedido. Emilio Botín no ha aportado a esta sociedad nada positivo. Bueno, más que nada positivo, ha aportado muchas cosas negativas. No hay que olvidar que en aquel momento estábamos viviendo un proceso donde los desahucios eran una aberración social que se ejecutaban desde su banco. A la frustración ciudadanos, a veces, hay que darle salida. Si esa salida es un mensaje, se pueden dar por contentos de momento que solo sean mensajes en una red social. Entiendo el condicionamiento político para sobredimensionar ese mensaje, pero desde Izquierda Unida no le pusimos reparos por aquel entonces y tampoco se los vamos a poner ahora.
-También se presentó a unas primarias para representar a los salmantinos en el Congreso de los Diputados. ¿Qué hubiera aportado?
-Me presenté a unas primarias abiertas y las ganó Javier Laso. Inmediatamente me puse a su disposición para trabajar junto a él y encantado me aceptó en su equipo de trabajo. De hecho, fui tercero como candidato al Congreso. No obstante, lo que hubiéramos podido aportar uno u otro es una visión más perimetral de lo que supone el mundo rural y lo que supone vivir en una comunidad en la que tenemos todos los problemas de ser una comunidad de interior, pocas posibilidades, con unos índices de emigración altísimos y en la que la despoblación y el paro es uno de los principales problemas. Creo que hubiéramos podido impulsar políticas bastante importantes enfocadas en este sentido.
-Desde su punto de vista, ¿cuáles son las principales necesidades de la provincia de Salamanca?
-En la provincia hay un problema básico que deriva en todos los demás: los políticos. Es difícil que algunos de ellos vean la relevancia de ciertos problemas sociales cuando personas como Javier Iglesias, presidente del Partido Popular en Salamanca, tiene un sueldo de 87.000 euros al año o Mañueco que lo tiene de 60.000. De ahí deriva el segundo problema, que en esta provincia hay un estado de emergencia social absoluto: tenemos 25.000 desempleados, 8.300 familias con todos sus miembros en paro y hay un 40% de familias que este invierno han tenido que vivir la pobreza energética. En base a eso, todo lo demás que sucede es una situación derivada de este cataclismo.
-¿Y qué proponen para hacer frente a ello?
-Solicitamos que de forma inmediata se implante la renta básica a todas las personas y que, de ello, se haga una política de trabajo garantizado. Pero primero deberíamos hacer frente a las emergencias sociales de cada persona implantando esa renta básica.
-La corrupción es otra de las grandes preocupaciones de la ciudadanía.
-La corrupción es un tema, además, que en Castilla y León nos toca muy cerca. José Sarrión, nuestro procurador en Cortes, denunciaba hace poquito la trama eólica que tenemos en esta comunidad y ante la que el presidente no quiere dar explicaciones. Y en Salamanca también tenemos la mina de uranio, pero toda la desinformación que hay también apunta a corrupción en ese sentido. Las medidas para combatir la corrupción son las que marca el sentido común. Para empezar, separar la justicia de la política. Si en este país la gente pudiera ser juzgada tranquilamente, a lo mejor podríamos acabar con la corrupción; mientras se tape por motivos políticos, habrá poco que hacer. En lo demás, los partidos tienen que dar pasos al frente y tienen que saber tomar decisiones más allá de la justicia. Hay que diferenciar entre lo ético y lo legal. En este país hay cosas que son legales, pero que son poco éticas. En esa línea, Izquierda Unida va tres pasos por delante del resto de partidos. Tenemos un código ético durísimo con nuestros militantes con el que apostamos por hacer las cosas legales y que sean éticas.
-¿Está preparada España para un gobierno de coalición de izquierdas?
-La cuestión es si España está preparada para aguantar cuatro años más de recortes, injusticia y emergencia social. Yo me muevo en la realidad social, gano 900 euros, sé lo que es vivir el día a día y creo que este país no está preparado para otros cuatro años así. La alternativa es un gobierno de izquierdas, que garantice los derechos sociales, los derechos básicos… Si alguien no está preparado para esto, o tiene un serio problema o no entiende el mensaje.
-¿Qué le parece la marcha de los gobiernos de Podemos en Madrid o Barcelona?
-Hablar de los gobiernos de Podemos en Madrid o en Barcelona me supone un error. Son gobiernos de coalición en los que en Madrid hay militantes de Izquierda Unida, así que prefiero denominarlos gobiernos de confluencia. En cuanto sus gestiones, creo que están haciendo una transformación social necesaria. Estábamos acostumbrados a gobiernos encorsetados en ciertas políticas y, desde luego, Manuel Carmena y Ada Colau están sabiendo romper esos moldes haciendo que la política llegue a los ciudadanos y eso es importante.
-¿Cómo recuperar los votos que se han ido a otras coaliciones o formaciones?
-El problema es que mucha gente vota a partidos pensando que son de izquierdas y luego no lo son. Tenemos que demostrar programáticamente y con nuestras acciones que Izquierda Unida ofrece una alternativa de izquierdas real. Hay otros partidos, como el PSOE, que demuestran día a día y paso a paso que están más alejados de la realidad social y más cerca de la derecha. Y un ejemplo puede ser ese preacuerdo de gobierno que hay sobre la mesa entre Pedro Sánchez y Albert Rivera. El PSOE se decanta absolutamente por políticas de derechas en contra de un proyecto de izquierdas como el que ofrece Alberto Garzón.
-¿Y qué opina de que Alberto Garzón sea uno de los líderes mejor valorados pese a que no sea protagonista en la formación de Gobierno?
-Para nosotros no es sorprendente que sea uno de los líderes mejor valorados. Para empezar, es uno de los líderes más coherentes y más honestos que hay en este país. La verdad es que está haciendo un trabajo excepcional. No hablar de su figura hoy en día en el amplio espectro de la izquierda española sería un error. Evidentemente, tenemos que estarle muy agradecido al impulso que supone para esta formación. Pero no hay que olvidarse que Izquierda Unida no solo es una cabeza de lista, pues son muchas las personas que están trabajando por debajo, y que es una estructura que va desde la base hasta arriba y no de arriba a la base.
-¿Cree que habrá elecciones en junio o que se llegará a un acuerdo para la investidura?
-Aventurarse a ofrecer un análisis es complicado. Pero espero y deseo que el Partido Socialista se dé cuenta de que con quien tiene que estar es del lado de los ciudadanos y que para estar de ese lado necesita a Podemos y a la izquierda transformadora de este país. Exactamente igual que puedo decir que un pacto PSOE-Ciudadanos es un pacto hueco, un pacto PSOE-Podemos que excluya a Izquierda Unida se convertiría en otro igual. En este país, si alguien ha demostrado que tiene capacidad para mantener las políticas de izquierdas en el tiempo es Izquierda Unida.
-¿Con qué mensaje quiere que se quede sus simpatizantes?
-Les pido, simplemente, que se acerquen a Izquierda Unida. Necesitamos a mucha gente que nos aporte frescura, que se acerque y que nos diga su nuevo planteamiento de la política porque se está rejuveneciendo en edad y en ideas. Es necesario que la gente que venga enriquezca nuestra formación y que nos miren con una mentalidad abierta, porque estamos en constante redefinición, y eso se tiene que aceptar como algo positivo dejando de pensar en el pasado y en ideas preconcebidas que les hayan podido dar sobre Izquierda Unida. Nos tienen que empezar a ver como la formación que se preocupa por su situación y soluciona sus problemas donde de verdad se pueden sentir representados.